Necesitaba gritarlo a los cuatro vientos, y aunque me lo he pensado no quiero dejar de sentir el placer que me produce contar una experiencia dificil de definir.
Ella sentía que su corazón se aceleraba a ritmo de música celestial, olvidó el mundanal ruido.
Su cuerpo se aceleraba, la poca ropa le sobraba, y el éxtasis alcanzaba su punto máximo.
Imaginaba la razón de la sin razón, estaba en aquel cúmulo de sensaciones que permitieron pensar que el tiempo no había pasado, que ella era la chica que nunca fue o nunca quiso haber dejado de ser.
Dos horas de pura provocación , de seduccion avalada, de temperaturas muy elevadas y de suprema demostración de que lo bien hecho solo tiene un camino a veces casi incomprensible.
Fuí sin muy bien saber que sería y cuanto me alegro de haberlo sabido.
P.d. MADONNNA en todo su explendor, fue genial.
