miércoles, 28 de diciembre de 2011

FELIZ FELIZ CADA DÍA.



Un momento es un instante que no debes dejar pasar, y como de felicitaciones, buenos deseos y frases bonitas ya tenemos muchas, yo propongo un momento especial.

El momento puede ser el de hacer lo que tienes en mente o el de no dejar de decir lo que deseas, el de darte el capricho que tantas ganas tenías, el de olvidar los rencores y temores, el de vivir en paz contigo mismo, el de dar ese paso sin miedo a nada. El del mejor pensamiento, el del más intenso sentimiento, el de no dejar nada en el tintero.

Cada día del año debe ser ese momento especial pero si aún está por hacer en este que se acaba, anímate a saldar las deudas pendientes contigo misma/o.

p.d. Que este año venga cargado de los mejores momentos para todas/os. FELIZ 2012.

lunes, 26 de diciembre de 2011

jueves, 22 de diciembre de 2011

EN LA CUMBRE DE LA PIRÁMIDE



La improvisación es la mejor herramienta de los artistas, porque permite que con un argumento sencillo pueda crearse una gran obra. Desde técnicas apasionadas en caso de incapacidades temporales, hasta palas y bolas de un nivel considerable pasaron por el menú diseñado.

El secreto está en la masa, y aunque los ingredientes sean de lo más variado siempre el cariño de los mejores cocineros permite el mejor de los platos.

Si la pirámide está rellena de condimentos de pésima calidad, nada agradable al paladar y bastante indigesta, demos gracias a que mis ingredientes no formen parte de ella, porque por encima de la misma está el plato ESTRELLA, y ese sois vosotros.

p.d. Para la pesadez de estómago, un poco de sales no? Besitossssss.

lunes, 19 de diciembre de 2011

UN VUELO A LA VIDA.


Eran vísperas de Navidad pero en su ajetreada agenda los días no habían dejado de ser siete laborales de 24 horas, cogió su vuelo como otro cualquiera de tantos. Transcurrida una hora en el aire, los viajeros se percataron de que algo no iba bien y tras varios intentos de solucionar el problema la voz del piloto dijo: Recen y Que Dios nos ayude.

Fue entonces cuando Vicent cerró su portátil, cerró sus ojos y pensó:

A cuanta gente no había dicho que quería desde hacía tiempo, a cuántos no había dedicado el tiempo que requerían, cuantos momentos aplazados sine die, y deseó poder llamarlos, abrazarlos, besarlos, compartir cada segundo, no dejar nada para otro día que nunca llegaría, no dejar guardado su mejor perfume, ni la camisa de las ocasiones. Pensó en cuantos enfados innecesarios, e irritaciones inútiles y decidió en aquellos últimos segundos de su vida, sonreír:

Si no he vivido con la alegría que debía, si pienso morir sonriendo a la vida.

Vicent bajó de aquel avión como el resto de pasajeros, y volvió a casa sabiendo que aquel día era 24 de diciembre y había vuelto a nacer. Nunca olvidó aquella experiencia que marcó el resto de sus días.


p.d. A aquellos/as que siempre aplazan los momentos.