Paseando por un parque un padre con su hijo, vió como el pequeño intentaba entenderse con unos perritos y ante el intento frustado se apresuró a explicarle:
-No te aburras, no te preocupes, es que hablan así. -¿ No entiendes nada ? Yo tampoco, es normal.
-No pierdas la paciencia, escucha con atención, si los observas puedes conseguir reconocer algo de sus hábitos y costumbres.
- Ah! que ladran pero sigues sin entender, bueno tu a lo tuyo, sigue escuchando por si comprendes algo, pero no te desvíes del camino ni te entretengas que tenemos que llegar.
-Es que nos siguen , nos persiguen.
- No pasa nada, pobrecillos, estarán perdidos.
- Podemos ayudarlos, ¿verdad?.
-Por supuesto si necesitan de nosotros.
- Nunca se niega una mano a quien lo necesita.
- Acabamos el día con una de perros y una bonita lección.