jueves, 8 de enero de 2009

Vive y deja vivir.

Si la mañana prometía, el día juró y la noché soñó. Miles de momentos rinden culto a tus ideas.
Tomar una decisión precipitada puede ser equivocada y tremendo el resultado.
Enfría el pensamiento que deja sitio al sentimiento y libera al corazón de lo que siente.
No dejes ocasión para una mala sensación y rodeado de las buenas decide lo que prefieres.
Y déjate querer porque solo de esta forma vives larga la vida corta y disfrutas de lo que te ofrece.

P.d. Para todos y todas las que viven y dejan vivir. ¿Retorcido? noooooooooooo.