jueves, 11 de octubre de 2007

GAJES DEL OFICIO

Esta mañana, el ritmo acelerado del día no es diferente al de los demás. Pero igual que a piloto de carrera, ese freno pisado a fondo es el que me produce una sensación especial de bienestar, ¿raro no? quién dijo que no lo fuera. Pero de todo lo acontecido, destacar lo más gracioso, tras una reunión convocada en tiempo y forma, y una vez finalizada ésta, me invitan a pasar a un salón de actos, dónde todo el mundo se encuentra en sus asientos y dónde ni siquiera sé de lo que se va a hablar. Es cierto fue una invitación espontánea y hasta ahí nada anormal. Entro en la sala y muy amables ellos me invitan a ocupar un sitio en la mesa presidencial dónde se encontraban los intervinientes al acto, uy que detalle,¿ pero por qué aquí sentada si estoy sin ni siquiera previo aviso? Empieza a hablar el primer ponente y junto a la carpeta que había colocada frente a mi, consigo enterarme del motivo de aquel evento, interviene el segundo y especifica más aún sobre el proyecto, y como vidente que presagia el futuro, me olí que sería la próxima,¿Yo que estaba allí por casualidades de la vida? me armé de valor por si las moscas y en segundos me daban paso para que interviniese. Pues bien, ahí estaba yo, como alumno que se cuela en la clase equivocada y la examinan de la asignatura que ni siquiera se estudió, jejejejeje. No pasa nada, unas frases recurrentes, biensonantes, y con base en las palabras oídas y al documento que pude visualizar me sacaron del aprieto. Y de esa forma ante cámaras de tv, de fotos, micrófonos, y una sala llena de oyentes conocedores de lo que les había llevado hasta allí, quien suscribe tuvo que reirse a sus adentros cuando tras su intervención, sonaron las palmas, como si se tratase de la nota aprobada del alumno que sin estudiar tuvo resultados positivos.

En fin, no penseis en exceso, es lo que ocurrió y así os lo conté. jejejej