Con una tarjeta estilosa y de gran tamaño fueron las invitadas de honor aquella noche. Y bajaron del coche, una alfombra roja para las sobrinas de H, una bienvenida de película: un chico apuesto con la sonrisa más amplia guió a las mismas por cinco plantas de diversión en la gran ciudad.
Entre tanto glamour, tacones de vértigo, ese corpiño de cuero y música para todos los gustos, no había nadie que brillase más que ellas.
¿Ron con cola? para marear a un elefante, no te preocupes que esto es gratis.
Entre tantas alturas la zona Vip, esa deseada por todo amante de la vida nocturna y que para ellas no dejaba de ser la más aburrida porque para divertirse les sobraba lo que otros necesitaban.
Dicen que primero una ojeada general, una pasada disimulada con rastro estelar por la zona idónea, y cuando las redes están echadas , resultados inmediatos. No podía ser de otra forma.
Y ésta es una de tantas ¿verdad?. En la próxima contamos otra.
p.d. Para dos amigas que tienen luz propia.
