-Perdone señora, pero va a empezar a llover, se me olvidó el paraguas y como usted lleva uno, pensé que no le importaría dejármelo.
- Pero hijo, ¿cómo voy a darle mi paraguas si como bien dice va a empezar a llover?
-Pues si señora, si usted me lo da no me mojaré cuando descarguen esas oscuras nubes.
- No salgo de mi asombro.- dijo la buena señora. Me pides mi paraguas sin pensar que si te lo doy, seré yo la afectada.
-Señora queda poco tiempo empiezan a caer las primeras gotas, no se lo piense.
-Pero ¿por qué haces esto muchacho?
-Señora es que soy imbécil.
-¡Ah! pues si es imbécil como dice, ¿por qué no se moja usted y así evitamos que me moje yo?
-Es que soy un imbécil normal, señora, pero no un imbécil perfecto.
p.d. Versión cortés de un cuento chino.