Nuestra querida amiga de la Selva tuvo un traspiés que a pesar de la gravedad, por su fuerza y perseverancia al día de hoy, solo usa una muleta aconsejada y recordada, es lo que casi queda.
Y decidimos llevar unos rayos de sol tras el largo invierno.
La actividad de Miquel hace que dos días sean aprovechados como cuatro.
Volando casi hasta la puerta de casa, disfrutamos de buen tiempo, buena compañía, buen todo. Y nos trasladamos hasta la barraca donde la colla unida jamás será vencida.
Somos los Sevillanos, pero en vuestra casa nos sentimos como en la nuestra y tan culé como el que más.
p.d. Seguro que éste si que lo entiendes Esteban.
Muchos besitos, ha sido para repetir.
