Estábamos cenando cuando nos pareció sentir unos pasitos en la azotea, los perros del vecino ladraban y en el comedor, entre risas nerviosas, asombro y mucha ilusión dijimos es PAPA NOEL. No se trata de una americanada, sólo de la ilusión de los niños, se llame como se llame.
Mi peque corrió hasta su habitación, mi corazón se iba a salir por su entusiasmo y el suyo estoy segura que más aún. Su tita y él recorrieron las habitaciones y cuando volvieron al salón, SORPRESA, la puerta de la chimenea estaba abierta y debajo un par de regalos. No podré olvidar la carita de nuestro angelito cuando vió aquello. LA MAGIA DE LA NAVIDAD, sin que nadie lo hubiese visto apesar de estar todos en casa, había bajado por la chimenea y dejado los regalitos para el niño más guapo del mundo. Esa carita maravillosa, asombrada, nerviosa, entusiasmada y encantada son la muestra de que la Navidad tiene una magia especial. FELIZ NAVIDAD.
