Sentado en su banco al repaldo de la choza, como cada medio día miraba el camino que recto llegaba hasta la puerta de la misma. Su nieta jugaba en el suelo haciendo un círculo de piedras como cercado para hormigas.
- Abuelo éstas hormigas no dejan de moverse pero ésta pequeñita mira que bien lo hace.
-A la que bien baila con poco son le basta.- contestaba mirando de reojo.
- Mira, mira ésta, va por un camino distinto, se aleja abuelo, pero no no , se da la vuelta, pero finalmente se aleja otra vez, ¿que le ocurre?.
- A las andadas volví y pronto me arrepentí, eso le ocurre mi niña.
- Parecen desorientadas, han roto la fila, unas para acá otras para allá, pero la pequeña sigue su camino.
- Ella sabe lo que hace-
-¿ Y las demás lo saben?
- Algo sabe el que no sabe si callarse sabe.
- Abuelito pero ¿ la pequeña se queda sola?.
-No hija, si algo bueno tiene la adversidad es que ahuyenta a los falsos amigos. No estará sóla seguro que no.
- Que bien ya cada cual está en su fila, ¿qué hacemos ahora ?
-Aremos le dijo la mosca al buey.
-Eres el mejor, que listo, cuánto sabes abuelito, ¡cuánto te quiero!- decía la niña sobre las piernas del buen anciano.
- Gracias por lo que dices, pero ten en cuenta que aunque la dulzura halaga, la mucha miel empalaga.
p.d. buscar a wally, ay perdón, cada refrán.
